jueves, 28 de noviembre de 2013

Getafe: Una década entre los grandes







         A veces un estadio casi vacío es el mejor aliado para crear un proyecto ganador. Eso debió comprender Angel Torres cuando hace una década sorprendía colocando a este equipo de la periferia de Madrid en la élite del fútbol español.

El Getafe, un club sin historia ni tradición creado en 1983 llegaba a la primera división para quedarse. La idea era sencilla, apostar por jugadores técnicos, jóvenes y ambiciosos que con 23-24 años tuvieran sus carreras algo estancadas para venderlos a buen precio a los 27-28 y seguir creciendo.
Se trataba de coleccionar talento y dar la libertad para que ese talento se asociara. De ello se encargan entrenadores con el mismo perfil de técnico, joven y ambicioso cómo son Quique, Laudrup o en la actualidad Luis García Plaza.

Sin la presión de una afición entregada en la Ciudad Deportiva de Estartales se da rienda suelta para trabajar los proyectos a fuego lento. Hoy es Sarabia, ese mediapunta con gran visión de juego que lideraba la selección española sub -19 mientras el presidente blanco negociaba los nuevos contratos comerciales en Arabia. Sarabia acumulaba juego en proporción al tiempo que pasaba sin que su fútbol brillara. Tras 3 temporadas en el club se ha creado una brújula más precisa que Abdel Barrada, aquel mediapunta marroquí de la cantera que ahora enseña su fútbol en el Al Jazira. El canterano blanco ha encontrado la mejor asociación con el proyecto del ayer, Pedro León. Juntos practican un juego a los espacios dónde la figura del delantero pierde presencia para buscar la movilidad de los mediapuntas técnicos, de los Diego Castro y Lafita.

Asentados en primera, su apuesta por el doble pivote de contención que equilibre al equipo para dar libertad a los 4 de arriba es innegociable. Los gallegos Borja y Mosquera actúan de stoppers junto al ex sportinguista Michel. Con varias temporadas en el club, su calibración es ya más certera que la del crack silencioso que formó esa línea, Mehdi Lacen.

Y es que el Getafe es un club de transición por dónde han pasado grandes fútbolistas. No importa el nombre, importa la calidad diferencial para dejar un legado de talento con el que trabajar.
Sin un estadio a reventar, la exigencia física es mucho menor que en el resto de clubes, y así los jugadores pueden dosificarse mejor y exprimir sus cualidades técnicas. A menor esfuerzo, menor desgaste, y por lo tanto para ganar hay que mostrar más talento. Así jugadores con proyección desean jugar en el club, ya que se cuidan mejor durante unas temporadas, tienen tiempo y tranquilidad para explotar y cuando lo hacen relanzan sus carreras y ayudan en el crecimiento del club.

Con esa base y ese estilo dinámico, técnico y en constante movimiento y evolución cada temporada el equipo va a más. El proyecto a 3 años de Luis García está gozando de salud en su tercera temporada. El objetivo de volver a Europa empieza a plantearse cómo una realidad y el club seguirá creando estrellas, y es que cuando se hacen bien las cosas da igual el nombre o el estadio para disfrutar de una década entre los grandes.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Javier Clemente y la motivación de los entrenadores longevos.




Uno ve a Menotti y Bilardo sin salir de Argentina, Capello entrenando en Rusia, Sacchi de coordinador de las inferiores de Italia y a Javier Clemente que en vez de descansar con la familia por la tranquila Barakaldo mientras le cuenta a sus paisanos vivencias pasadas decide embarcarse a la aventura de Libia y se pregunta ¿Que motiva a un entrenador que estuvo en la élite durante los 15 - 20 años en que la élite no desgasta a seguir entrenando?


Mi pregunta vino a raíz de una reflexión que compartían Pep Guardiola y Fernando Trueba en un conocido anuncio de un banco catalán titulado "Conversaciones sobre el fúturo" acerca de la vejez. En esa conversación Trueba hablaba de compañeros de profesión que hicieron sus mejores películas en edad anciana y otros cómo Belmondo que simplemente necesitaban salir de casa. En esa pasión de la vejez llegaban los elogios a Javier Clemente.


En una breve descripción Clemente llega al Athletic en 1981. Gana la Liga en el 83 y en el 84 el doblete. Tras entrenar a clubes cómo Espanyol, Atletico de Madrid y nuevamente Athletic se le presenta el gran reto de su carrera, dirigir a la selección española durante 6 años, dónde cuyo éxito más sonado está los cuartos de final del Mundial USA 94 y que termina con la eliminación en primera ronda en Francia 98.
Uno se imagina al bueno de Javi después de lograr éxitos y fracasos con equipos hundidos a los que había que salvar cómo Murcia, Valladolid y Sporting llendo a Irak a negociar las condiciones de seleccionador y el pensamiento de esa conversación podría ser algo similar a:
- Bueno, hay que mejorar aspectos básicos en esta Liga, los jugadores que juegan en el país ya los puedo ver, necesito informes de los de fuera.
- No existen informes.
- Entonces tendremos que fichar varios ojeadores.
- Llame a amigos suyos de Europa. Me han dicho que usted levanta equipos en las peores condiciones.
- Si, pero al menos habrá que remodelar las bases del fútbol en las escuelas para poder tener un crecimiento sostenido.
- No hay cambios, o nos clasifica al mundial o haga las maletas.
- En Camerún me pusieron un mínimo de condiciones.
- Esto no es Camerún, vayase del país.

Y trás disfrutar de la tranquila Barakaldo se vería seducido por la aventura de Libia. Uno se imagina en esos momentos las conversaciones entre Bielsa y Clemente en la temporada del subcampeonato de la Europa League y puede llegar a comprender lo que a estos entrenadores les motiva: la pasión por el fútbol, el fútbol de por vida.