Hay jugadores llamados a marcar una época. Los retos de este jugador nacido en el barrio de "Quinta do Falcao" en la isla portuguesa de Madeira siempre van un paso por delante. Ayudado por su propia autoexigencia, desde sus inicios en el humilde Andorinha ya se vislumbraba que estamos ante un jugador especial.
En la Premier Fergusson le dio plena confianza y la dosis de paciencia y serenidad necesarias para acostumbrarse a ganar y liderar un proyecto a la medida que crecían sus retos. Esos que aparecieron por primera vez en el panorama internacional en agosto de 2003, cuando se inauguró el remodelado estadio Jose de Alvalade de Lisboa entre el equipo local y el Manchester United. Su capacidad de encarar y de mostrar que era el inicio del jugador que revolucionaría el fútbol moderno hicieron que 3 días más tarde Fergusson ya lo tuviera fichado y debutando en su amado United.
La final de la Eurocopa de 2004 que su selección perdió en el estadio que le viera nacer frente a Grecia y la muerte de su padre en 2005 reforzaron un caracter que le hace ser odiado por gran parte de las aficiones, pero que también le han hecho crecer y ser capaz de superar todas las adversidades. Capaz de liderar a una selección, cómo a Messi, ganar un gran torneo ínternacional es la asignatura pendiente para una selección que en 2004 nunca había sabido lo que era ganar.
Desde su llegada al Real Madrid en 2009, Cristiano sintió fascinación por el hobby de la publicidad. Jorge Mendes le hizo comprender que lo primero es su carrera profesional, esa que le ha llevado a ser uno de futbolístas de referencia a nivel global de la última década. Y para ello, además de evolucionar el concepto de fútbol de su país, de la Premier y la Liga Española y del fútbol moderno también es uno de los encargados de crear iconos de referencia mundial en un selecto grupo de deportistas de élite dónde se encuentran Messi, Vettel, Alonso, Nadal, Djokovic, LeBron o Kobe Bryant.
Dice Carlos Queirós, aquel portugués que durante tanto tiempo fuera el segundo de Fergusson en el United, y que le hizo debutar en la Selección Portuguesa mientras se encargaba año a año de enviar los informes al club dónde también fue entrenador, el Real Madrid, que estamos ante el Michael Jordan del fútbol moderno, capaz de evolucionar en su paralelismo con Messi las bases del deporte rey. Todo es posible, de momento la Liga Española seguirá disfrutando de Cristiano, la ambición del fútbol moderno.