Corría abril del 2009 y un joven técnico que habia hecho carrera cómo futbolista por la banda derecha del Bernabeu aterrizaba en Getafe. Su nombre es Michel Gonzalez, y su objetivo era salvar al Getafe del descenso tras una campaña irregular a los mandos de Victor Muñóz.
Era una apuesta por un perfil joven, sin experiencia en la élite, estandarte de la modernidad del fútbol español y con un concepto bien definido por bandera, el buen trato de balón.
Junto a él llegaba otro joven que habia hecho carrera como futbolista por la banda derecha del Bernabeu y Riazor, el mismo joven al que Arsenio Iglesias le diera el relevo de Michel en la temporada 95-96 debutando en Primera con el Real Madrid. Ese joven que llegó sin hacer ruido, evitando los focos, aprendiendo el oficio era Victor Sanchez del Amo.
Juntos lograron el objetivo de la permanencia. La unión continuaria en Getafe con una segunda temporada dónde consiguieron la clasificación para la Europa League y una tercera en la que tras una mala segunda vuelta el club decidió no renovarles.
Michel dirigía, Victor aprendía, y esa profundidad les llevó a Sevilla. Allí llegaron a un proyecto que buscaba reconquistar la gloria europea, el exito de los triunfos en la Uefa, pero en plena construccion del proyecto el club nervionense decidió seguir por otra via.
El objetivo europeo lo siguieron en Grecia. Allí llegaron a un historico conjunto de Atenas, el Olympiakos para alcanzar la gloria de los titulos que se les habian resistido en España. Y lo consiguieron. El conjunto griego logró la Liga con record de puntos histórico y alcanzó los octavos de final de la Champions, dónde tras ganar 2-0 en la ida al Manchester United no pudieron seguir haciendo historia y el conjunto heleno cayó en la vuelta en Old Trafford.
Para de aquella ya eran los grandes dominadores del campeonato griego, pero diferencias con la directiva les apartaron del sueño. Ahora, Michel es un entrenador esperando la llamada de un conjunto español con ambición de lograr titulos y Victor emprende su camino en solitario como primer entrenador.
Su destino, Riazor, y su equipo el Deportivo, un club en el que se le conoce muy bien tras ser integrante del conjunto que ganó la Liga en el 2000 y la Copa del Centenariazo en 2002.
Entrenador joven, sin experiencia en la élite. Lo que puede parecer una debilidad se convierte en virtud. No hay historia, no hay presión, no hay critica en la que seguir hundiendose el proyecto. Llega para escribir su propia historia, con el reflejo de entrenador moderno y la ambición de quien se encuentra ante su gran oportunidad.
Las comparativas le respaldan, Sergio devolviendo la ilusión al Espanyol o Escribá tras ser segundo de Quique haciendo historia en Elche. Y es que el primer paso, como le sucediera en 2009 al llegar a Getafe, es la permanencia. Lo cual tras 2 descensos consecutivos se valoraría como un ascenso.
Cómo vienen demostrando Cordoba, Getafe, Almeria...el fútbol español necesita regenerarse con savia nueva. Capacidades tiene. Ahora toca demostrarlo
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