En esta etapa de transición que vive actualmente el fútbol español, dónde los nuevos valores futbolisticos empiezan a entrar con fuerza en la selección (los casos de Isco, Camacho, Morata, Nolito y Callejón son un buen reflejo) también se aprecia un cambio de tendencia en los banquillos.
El hombre de club, el entrenador de la casa, es la moda que sostiene a gran parte de los equipos de la Liga. Los Simeone, Luis Enrique, Jemez, Berizzo o Francisco han llegado para quedarse. Atrás quedan los años de despilfarro económico. Ahora los bloques se construyen desde los cimientos.
Y desde esta nueva situación del fútbol español, quiero hablaros de 3 entrenadores con formación en la Casa Blanca, ellos son Fernando Morientes, Ruben de la Red y Zinedine Zidane.
Fernando Morientes se inicio en la élite con el Albacete, para en 1995 fichar por el Real Zaragoza. El equipo maño venía de lograr su primer título continental, tras proclamarse campeón de la Recopa de Europa en la final de París con un por aquella semidesconocido Victor Fernandez.
Allí, mostró lo que seguiría mostrando toda su carrera, un excelente juego aereo. Tras destacar a orillas del Ebro el Real Madrid se fijaría en él 2 años después. En el conjunto blanco se convierte en máximo goleador del equipo en su primera temporada. Participa en la consecución de la Séptima Copa de Europa frente a la Juventus de Turín de Zidane, y en hombre clave en la Octava, en la final de París frente al Valencia. En la que fue la primera final de la historia entre 2 equipos españoles hasta la reciente de 2014. Por el camino se consolida en la selección y vuelve a ganar una Copa de Europa.
Tras 6 años en el Madrid ficha por el Mónaco, donde sigue mostrando su poderio aereo y su capacidad de ir siempre un paso por delante. En ese 2004, y contra todo pronóstico, elimina al Madrid en cuartos de final de la Champions y se queda a un paso de ser campeón de Europa, perdiendo en la final frente al Oporto de Mourinho. Era el momento cumbre en la carrera de uno de los mejores rematadores aereos del fútbol europeo de la década.
Tras apagarse los focos, sigue disfrutando del fútbol en Liverpool, Valencia y Marsella, y es en la ciudad cuna de Zidane dónde se retira del fútbol profesional para iniciar su carrera de entrenador. Comentarista habitual en las retransmisiones deportivas, en 2014 deja la Casa Blanca y el juvenil B, dando paso en el puesto a nuestro siguiente protagonista, Ruben de la Red.
Ruben de la Red es uno de los mayores talentos de la Fábrica blanca en los últimos años donde comparte generación con los Borja Granero, Javi García o Juanin Mata en el Castilla de Michel. Debuta en Primera cedido en el Getafe, dónde demuestra estar al nivel de los mejores organizadores de juego del fútbol europeo. Tras una temporada brillante gana con la Selección Española la Eurocopa de 2008 y su participación en la primera plantilla del Real Madrid.
Al llegar al primer equipo blanco se convierte en un habitual en las alineaciones, hasta que al mes de iniciarse la Liga sufre una parada cardíaca en Irún, en la primera ronda de la Copa del Rey, frente al Real Unión que le impide continuar con la práctica del fútbol. De la Red cruza la frontera hacia los banquillos, y se inicia cómo entrenador en la cantera del Real Madrid, dónde tras ganarlo todo con los cadetes desde este 2014 entrena al juvenil B.
Zinedine Zidane no necesita presentaciones cómo futbolista. Nace en Marsella y debuta en Cannes. Tras jugar en Burdeos explota su técnica y visión de juego en la Juventus de Turín. Por el camino logra el primer Mundial en la historia de Francia en 1998 y la Eurocopa en el 2000. Continua su carrera en el Real Madrid en dónde consigue la novena Copa de Europa del conjunto blanco. De estilo sencillo y discreto. Acariciaba y bailaba con la pelota mientras creaba juego para sus compañeros. Actualmente, y a aunque no goza del título de entrenador, dirige al Real Madrid Castilla.
Aún con todo por hacer, aún con todo por lograr, esta es la historia de Morientes, De la Red y Zidane, la nueva hornada de entrenadores madridistas.
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