sábado, 18 de enero de 2014

Real Sociedad, cuando la cantera es el mejor fichaje




En el año 2007, tras 40 años en la máxima categoría del fútbol español, la Real Sociedad descendía a Segunda División. En lo que parecía un drama, pocos podían aventurar que era el inicio de un cuento de hadas en el que el conjunto txuriurdin volvería con más fuerza que nunca.

Históricamente conocido por defender los valores de la cantera, los donostiarras habían renunciado a su esencia, y tras los fichajes de jugadores extranjeros sin nivel para la Primera División la Real daba con sus huesos en Segunda. En 2 temporadas convulsas dónde el equipo se consolidó en la parte alta de la tabla sin lograr el ascenso, las mejores noticias fueron la llegada al primer equipo de las primeras joyas de Zubieta XXI (la moderna ciudad deportiva del club). Los Zurutuza, Markel, Elustondo, Carlos Martínez o Mikel Gonzalez llegaban para quedarse. Con la base del equipo ya gobernada por la cantera, en la tercera temporada en Segunda (la 2009-10) se decidió apostar por el caracter, ese que les imprimió el tecnico uruguayo Martín Lasarte para que los jovenes de Zubieta dieran el salto de calidad. Lasarte consiguió el objetivo del ascenso y su renovación. Recién llegados a Primera existían 2 vías a seguir. La que les condujera al fracaso de apostar por jugadores extranjeros que si bien salian bien podían meter al equipo en posiciones cómodas pero si no tenian el nivel podian enviar al equipo de nuevo a Segunda, dando inestabilidad al club (es decir, en función de los fichajes moverse entre la 10º y la 17º posición) o lo más sensato que era apostar por lo que había hecho grande al club en los años 80 y aguantar el primer año en la élite con la cantera cómo referencia. Así, Lasarte introdujo en el primer equipo a los Illarramendi, Ruben Pardo o Javi Ros y el equipo salvó la temporada con un empate ante el Getafe en la última jornada.

Una vez hecho lo más dificil, era momento de crecer, y para crecer fichan al entrenador que mejor sabe montar plantillas de toda Francia, Philippe Montanier. Montanier había hecho historia en el país galo. Tras ascender en 5 temporadas al Boulogne desde categorías regionales a la Primera División, firmó 2 años históricos en el Valenciennes consiguiendo en este club su mejor clasificación liguera histórica. Philippe era el entrenador del momento, la sensación de Francia y recalaba en la Real Sociedad para montar un proyecto ganador. Nada más llegar decide que el sub 21 Illarramendi debe ser el organizador táctico del equipo, y que el sub 19 Rubén Pardo debe ser el organizador del juego. Sube a un joven central que se estaba estancando en el filial, Iñigo Martínez para convertirlo en el eje de la defensa y actualmente uno de los centrales con más presente y proyección del fútbol europeo. Decide colocar al alma del equipo, al capitán Xabi Prieto en la mediapunta (antes era extremo derecho) para que participe más en el juego y hace explotar las cualidades del canterano francés Antoine Griezmann en el extremo izquierdo. Convierte a Aguirretxe en uno de los dominadores del juego aereo de la Liga y consigue, primero mediante cesión del Arsenal y luego mediante fichaje a una de esas promesas del fútbol europeo que se estaba quedando en el camino, Carlos Vela, para convertirlo en un goleador de referencia.

Mientras va montando el equipo realiza una primera temporada discreta, y en la segunda tampoco podían intuir los aficionados generales que el equipo ya estaba hecho (con el equipo en última posición casi a mitad de Liga aventuré que ese año irian a Europa). Pero en una segunda vuelta para el recuerdo el equipo txuriurdin consigue una racha de resultados histórica dónde vencen al Barcelona, empatan con el Real Madrid, logran ganar en el Calderón (único equipo que fue capaz), golean a su máximo rival en la lucha por la Champions en su campo (2-5 en Mestalla), ganan a casi todo el resto de equipos y consiguen meterse en la Champions en la última jornada ganando en Riazor.

Lo que para muchos es considerado un logro histórico, en la Real Sociedad el sentimiento es que es sólo el comienzo. Se decide blindar a sus jugadores de cantera clave (Iñigo Martinez, Illarra, Pardo y Griezmann) con cláusulas de 30 millones ante el interés que despiertan entre los grandes de Europa, y se le ofrece la renovación al heroe de la resurreción, pero Montanier, harto de las críticas cuando el equipo no estaba arriba decide emprender la aventura del Rennes para volver a hacer otro milagro futbolístico en este humilde club francés. La Real, sabeedora de que tiene que desprenderse de un fútbolista clave para seguir creciendo traspasa a su organizador táctico, Illarramendi, al Real Madrid por 38 millones (30 de clausula más IVA) en el fichaje de un jugador español más caro de la historia del club blanco. Así, con el equipo en la máxima competición europea, y las arcas del club llenas de dinero, se decide apostar por el fichaje de un jugador europeo joven y de gran proyección (el suizo Seferovic, ganador del europeo sub 17 y máximo goleador de aquella edición) por 3 millones de euros, guardarse la gran parte del dinero ingresado y dar mayores responsabilidades a las nuevas perlas de Zubieta. En un arranque de la presente temporada discreto, el club queda eliminado de la Champions, pero con el crecimiento de su medio organizador Ruben Pardo y la explosión definitiva de Antoine Griezmann el equipo empieza de nuevo a ganar todo en Liga, situandose ya en estos momentos 5º clasificado. Con el futuro garantizado y las cuentas más que saneadas el conjunto donostiarra vuelve a ser un grande. Es lo que sucede cuando se continua la senda de la esencia, cuando en la Real Sociedad la cantera es el mejor fichaje.


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